viernes, 14 de agosto de 2009

psicología de albañil (de Freud al pico y la pala)

El accidente es la madre de la traición. El destino es la resultante de la venganza del subconsciente sobre lo que sobradamente es conciencia. No habrá paz mientras la guerra sea una ración de balas disfrazadas de banderas blancas. La incapacidad de aceptar el dolo es la capacidad de afirmar la herida propia. Uno no se equivoca, se autoengaña y en eso consiste la esperanza del perdón o el alivio del olvido. Las convicciones son un moco que se suena con papel desechable. La evasión es la ilusión del desarraigado, o lo que es lo mismo, la pertenencia es la mentira del territorio. “Dejarse llevar” no es otra cosa que ir con gusto. Camuflar el interés es perderle el respeto al instinto. La vida es la conquista feroz de la muerte y la muerte el cansancio del odio. Realidad de la fe: tu cuerpo está aquí y tu alma en otra parte, de ahí la ilusión de la lealtad. 

¿Qué hace uno con sus certezas? Matarlas para sobrevivir. 

No hay comentarios: