La idea de "dar un paso" me acerca a la fractura del tobillo. Imagino la escena y veo con claridad cómo las plantas de los pies rastrillan el suelo, dejando escamas de piel, y llevando consigo una cantidad discreta, pero constante, de polvo y mundo. Luego llegó CocoRosie con Candy Land y no supe que pensar. La sensación de salto cuántico me vestía con una suerte de alas. El cuerpo respondía con su eructo habitual de ángel descompuesto. La mirada, ascendía por inercia hasta el piso superior para entonces, recordar que, en alguna de sus vidas aprendió que los elevadores también descienden. Había que llamar inmediatamente a Sigur Ros Svefn G. Englar, y decir "qué bien se siente flotar".
Yo soy fauno. Yo soy lo que pasa. Ya no voy a caminar más.
La amable explosión esta
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La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 2 años
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