martes, 24 de mayo de 2011

Fulana y los árboles.


Mentiría si no te digo que los árboles se caen a pedazos 
y que a veces hueles a hojas secas. 
Pero ni la verdad, ni la mentira te gustan. 
       
               (Me das sombra y
me dejas columpiarme en tus ramas.)

Anidas aves y bichos. 

Te quedas ahí 
como una estaca de penumbras sedientas 
que se ovilla bajo tierra 
mientras te bebes tu propia raíz. 

Entonces 
te vuelvo un montoncito de historia 
que disciplinadamente despejo 
con la escoba al amanecer. 

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