viernes, 27 de mayo de 2011

Fulana y sus formas


La sacaron de un molde anfibio. 

Yo vi 
cuando una deidad 
decidió dotarla
de un arma contra mí. 

Ella era redonda y dura. 
Emitía un sonido diáfano 
de cantera picada. 

Su orilla de piedra apuntaba al mar 
pero no sabía 
que ser una espada 
implicaba soñar una cañada 
no un mar. 

                     Desde entonces 
no resiste que la llame por su nombre abisal 
                      prefiere ser 
    una leyenda encallada 
              al fondo de mi lengua 

Un murmullo 
que nada 
en mis pensamientos. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sus manos decidieron hablar de ella. Se inspiraron en el mar. El escribía intentando acariciar esa ola. Una ola que iba y venía constantemente para chocar contra su pecho. Su pecho un malecón de piedras grotecas. En su interior, un corazón oxidado por la sal de esa lengua desconocida. Un corazón oxigenado por la bruma de su aliento, cuando en sueños se le acercaba. Un corazón que desea ser inundado por el mar, para contraerse y expandirse en un abrazo infinito.

Aquí su pendejo dijo...

Ayer abrumado. Hoy avasallado. Pero igual, eso no significa nada.