domingo, 15 de mayo de 2011

Sobre el juego.

Él escribió:
Las manos vacías continúan la despedida.
Ella contestó:
Las manos están vacías porque nacieron para despedir.



Él respondió: 
¿Des o pedir?
Ella:
Jamás se cierran poseyendo algo...
Él:
Aunque en sí mismas sean posesión y despojo, tacto y trazo. Manos dadas o pedidas. Cuerpos que las reciben y despiden. Des:dar. Pedir: recibir.
Ella:
En sí mismas el mundo y la negrura. Siempre acercan el cuerpo destinado a traicionarnos.
Acaso sean las únicas que han comprendido algo...
Él:
¿Nos dejamos traicionar, nos traicionarán, las traicionamos? Juega tu mano, tahúr.
Ella:
Nos dejamos traicionar, por supuesto. Es nuestra forma de rendirnos ante lo inevitable con un dejo de erotismo (la entrega total). Nos traicionarán, porque la constancia de los días nos hace sentirnos a tiempo con la vida. Y las traicionamos porque seguimos creyendo que algo puede dejarse poseer.
Él:
Saca pues, el naipe y juega.
Ella:
El naipe está sobre la mesa, caballero. El juego comenzó -si es que algo comienza en este mundo nuestro- desde que sí.
Su turno: su jugada.

Él: esta es la primera jugada. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Olvidó quitarse el saco antes de jugar conmigo. No confío en las mangas de los desconocidos.