Descubrí la capacidad de hundirme al flotar. He ahí el ascenso. He ahí también el diente y el cincel, modelando la gravedad.
Flotar: anticipo de divinidad –fui una deidad en su encrucijada–.
Nadie dijo que fuera fácil romperle la cara al estanque. [Caer es un acto cruel, impío. La suposición oscurece los sentidos]. En ese punto, la ondulación prefigura lo finito y exacto: espiral esparcida/escurrimiento anfibio.
Ser piedra es tan humano… lo único que requieres es tener muchos lados imperfectos. La piedra que soy está posada donde todo es umbral: orilla, río, risco, peñasco, borde.
He ahí la jauría, el zoo, la definición causal –que no casual– de humanidad.
¿Está claro, no?
2 comentarios:
Mortal !!!( falta esa opción en reacciones) =)
Yo quiero ser piedra de rio jaja
Saludos
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