Ocupar un lugar en el espacio, nada más [pero también, nada menos]. Migrar despacio por la retícula ansiosa del tiempo. No quedar. Imposible hacerlo. Solamente sustituir el paisaje. Llevarse como quien alarga la sombra. Como quien estira el átomo. Como quien sucede.
Desocupar el cuerpo. Ser todo, nada. Soñar. Delirar. Urdir esas llamas: las que no se apagan, las que no queman, las que son inconsecuentes, fantasmales, hilos de aguas que no son mansas, detrito invisible de una sed que no existe.
Lo fugaz.
La amable explosión esta
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La lenta, casi imperceptible marcha de todo continúa en sus revoluciones y
sus inescapables giros. No hay manera de saber cómo, pero es ineludible el
he...
Hace 2 años
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